En un partido que fue una montaña rusa de emociones, donde la felicidad y la tristeza eran sentimientos que iban fluctuando en el corazón de cada fanático del fútbol, Argentina se termina consagrando como campeona del mundo tras vencer en penales a un duro rival como lo fue Francia.
Después de 36 años Argentina vuelve a ser campeona del mundo, esta vez de la mano de Lionel Messi al derrotar en penales a Francia 4-2 en un encuentro que quedará para la historia del deporte.
El escenario era el ideal: Luisail Stadium, Lionel Messi (experiencia) vs Kylian Mbappé (juventud), las dos mejores selecciones de la competición enfrentándose en una final, para variar el desenlace de la película superó por mucho lo que vimos en el trailer. Nadie se hubiera imaginado que tras Argentina estar ganando 2-0 en el primer tiempo, Francia sería capaz de revertir el contexto con Kylian Mbappé dando una de las exhibiciones individuales más impresionantes que he presenciado en mi vida. Llevando todo a ser definido desde el punto penal «donde se ganan y se pierden los partidos» diría el increíble narrador de baloncesto venezolano Fermín Perez.
Ver este partido fue como comprar una entrada para ver la última película de Christopher Nolan en el cine, sentí esa sensación de estar en el filo de la butaca en todo momento con los cambios de climax, pero a la vez de no haber entendido nada y tener buscar en internet «análisis de Inception» para que alguien me explicara de mejor forma lo que acababa de observar, así fue esta final del mundo. Era tal la tensión que transmitía el encuentro que siento haber disputado los 120 minutos.
La victoria desde la pizarra
En este tipo de encuentros la táctica inicial te puede juagar a favor o en contra, los entrenadores son muy detallistas a la hora de preparar el partido que se suele definir por detalles y en el tramo inicial Lionel Scaloni sacó ventaja en la preparación del encuentro. No tanto por la elección de Ángel Di María como titular sino por el rol que le otorgó al jugador de la Juventus.
Contrario a lo que todos creíamos que haría Argentina atacando por el carril derecho aprovechando la falta de compromiso defensivo de Mbappé, Scaloni sorprendió utilizando a Di María por izquierda. De esta forma la selección albiceleste aprovechaba la mala coordinación para presionar que tenía Francia en su delantera y la inferioridad númerica a la que se enfrentaban Adrien Rabiot y Aurelién Tchouameni en el carril central, para que Ángel recibiera aislado y cerca del área, encarando constatemente a Jules Kounde.
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Esto fue lo que le dio la ventaja y el control a los dirigidos por Scaloni. Lionel Messi rompió el empate al minuto 20 tras convertir un penal que Ousmane Dembelé le cometió a Ángel Di María y 13 minutos después el mismo Di María (figura del primer tiempo) transformaría el segundo gol tras un gran contragolpe albiceleste.
De hecho esto obligó a Didier Deschamps a cambiar su plan de juego y por eso al minuto 41 realizó dos cambios, sacó a Olivier Giroud por Randal Kolo Muani y a Dembele por Marcus Thuram, ahí empezó otro partido.
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Kylian llegó para quedarse
Kylian Mbappé fue por lejos la figura del encuentro. Sí, yo se que sonará raro tratándose de un jugador que estuvo del lado perdedor, pero lo que hizo este jóven de 23 años de edad anotando tres goles en una final del mundo es para sacarse el sombrero, aplaudir y estar tranquilo porque el futuro del fútbol está en muy buenas manos.
Mbappé es un jugador que no necesita de un sistema de juego para brillar porque él es un sistema en sí, esto significa un problema para los rivales porque tienen que estar muy atentos durante todo el encuentro, por eso es capaz de anotar goles fuera de contexto como la volea que marcó en el minuto 81 para empatar el partido.
Ser capaz de sacar el pecho y ponerte al equipo al hombro en una final del mundo teniendo a Messi del otro lado habla del atrevimiento de este excelente jugador que seguirá dominando el fútbol por los próximos años.
Un detalle interesante
Didier Deschamps estuvo muy acertado con el ingreso de Kolo Muani, Francia mejoró mucho en ataque y defensa. Kylian pasó a jugar en el carril central recibiendo en una zona más peligrosa y a su vez Muani empezó a presionar mejor la salida de balón albiceleste que era cada vez menos clara.
Esto sumado al ingreso de Kingsley Coman acomodó a Francia en un 4-4-2 con Muani y Mbappé de delanteros y esto le dio aire a Francia que empezó a jugar cada vez más cerca del arco de Dibu Martinez, de hecho es a quien le terminan cometiendo el penal del 2-1.
Un final feliz
En el momento donde Francia empata el juego, los fantasmas del pasado de Argertina empezaron a aparecer. Primero comenzó el fantasma del 2014 con las dos ocasiones erradas por Lautaro Martinez (así como Gonzalo Higuaín) y el aire de que lo poer estaba por venir se podía sentir. De un momento a otro el partido pasó de ser dominado por Argentina a ver como Francia casi logra una remontada épica de no ser por la salvada de Dibu en el segundo tiempo suplementario.
Una vez finalizado el segundo tiempo extra, se aproximaban los fantasmas del 2015 y 2016 que querían hacer sus respectivas apariciones, pero esta vez los dioses del fútbol empezaron a trabajar en el guión de lo que será la mejor película en la historia del deporte, donde el protagonista después de sufrir tanto termina teniendo un final feliz, levantar la copa más importante del fútbol.
Es curioso porque hace algunos años, el 21 de julio de 2016 para ser más exacto, Lionel Messi anunciaba su “retiro” de la selección argentina al caer derrotado ante Chile en la final de la Copa América. «Se terminó para mí la selección» declaró el numero 10, pero la película de Lionel Messi tenía un capítulo más y noes estaba guardnado lo mejor para el final.
Gracias al destino por darnos un final al mejor estilo de Dinsey. Después de tanto sufrir con la selección Argentina, hoy te se consagraste como el mejor jugador en la historia de este hermoso deporte llamado fútbol y el que te lo discuta, está loco.